viernes, 18 de diciembre de 2020

La asignatura de música

Probablemente es la asignatura cuya dificultad menos cambia con respecto al colegio, aunque eso no significa que mi experiencia no fuese buena.





¿Cómo eran las clases?


Yo he tenido música durante dos años, en segundo y tercero de la ESO. He estado en ambos con el mismo profesor, y, ciertamente, las clases eran muy parecidas a las que tenía en el colegio. Tocábamos la flauta y aprendíamos a leer partituras además de la historia de la música. Esto último era la diferencia que había entre ambos cursos. Mientras que en segundo la nota consistía en los exámenes prácticos y la actitud, en tercero también tuvimos algún examen teórico (bastante fáciles). En las clases nos sentábamos en varias filas o a veces en semicírculos y tocábamos la flauta sentados, mientras el profesor nos acompañaba con el piano e iba comentando si nos estábamos esforzando o no. Entre las muchas que tocamos, mi favorita fue Blowin' in the Wind, de Bob Dylan. 


En cuanto a los exámenes, debo admitir que los nervios que sientes en los prácticos no son comparables a las pruebas teóricas de otras asignaturas, ya que en estos te juegas la nota a un intento. Es cierto que el profesor nos dejaba una segunda oportunidad, pero eso implicaba que tu nota bajase. Sin embargo, poco a poco fui capaz de dominar los nervios al actuar en público, que es una habilidad muy útil. 


Todavía guardo mi flauta

¿Quieres saber mi opinión sobre esta asignatura?


Hay ciertas características que me gustaban de la clase música. Una importante era que, mientras tocábamos en grupo, el profesor solía llamar repentinamente a una persona para que tocase ella sola, mientras el resto de la clase escuchaba. Esto te ponía de los nervios, y precisamente por eso me encantaba, ya que entrenaba la ansiedad que surgía el día del examen. Por otro lado, solíamos ver musicales y películas relacionadas de algún modo con la asignatura (recuerdo la de Amadeus o Mamma Mia!), lo cual siempre estaba entretenido.


No obstante, lo más destacable para mí de esta asignatura es que ciertamente conseguía relajarte. Después de unas clases de física, matemáticas o biología nunca venía mal tocar la flauta o aprender una nueva canción. 

Sin embargo, no todo son buenos recuerdos. Me sorprendió mucho que en los dos años solo tocásemos la flauta, ya que había una gran variedad de instrumentos en el aula que nunca llegamos a usar. De hecho, me acuerdo de que ni siquiera podíamos acercarnos a ellos. Nunca llegué a saber por qué (quizás eran demasiado antiguos), pero de todas formas la mejor manera de conseguir que los alumnos disfruten más de esta asignatura es incorporando exactamente eso: xilófonos, platillos, piano, tambores... Yo pensé que íbamos a tocar algún instrumento más al menos en 3º ESO, pero desgraciadamente me equivocaba.

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